Repetición, alteración de la cronología, falta de algunos capítulos. Durante el mes pasado miles de lectores pudieron encontrar en las librerías más importantes de la Ciudad de Buenos Aires unos libros muy particulares.
En una mesa esperaban tres versiones de “Una suerte pequeña” de Claudia Piñeiro, pero ninguna de ellas contenía el texto original.
Estas tres versiones replicaban las alteraciones que aparecen en el discurso de las personas afectadas por el Alzheimer.
Así, podía verse una versión del libro que ya no tenía 240 páginas sino miles, otra con los capítulos desordenados, otra en donde solo estaban las tapas. Quienes visitaron las librerías en esos días buscando nuevas historias para sumergirse, pudieron encontrar y hojear la realidad por la que atraviesan 1 de cada 8 personas mayores de 65 años y su entorno. Esta campaña buscó acercar a las personas a vivenciar un síntoma característico del Alzheimer - la alteración de la memoria y la identidad como posibilidad de contar la propia historia - desde la intervención de un medio artístico.
Consideramos que estas acciones son imprescindibles para que la población en general conozca y se acerque a conocer los síntomas y pueda detectarlos en personas de su entorno familiar o social. El diagnóstico de las enfermedades neurodegenerativas sigue siendo tardío, con la consiguiente demora en el inicio de los tratamientos que podrían cambiar sustancialmente la calidad de vida de las personas.
Agradecemos a Claudia Piñeiro y a Penguin Random House que pusieron a disposición “Una suerte pequeña” para poder realizar la intervención. No nos resulta casual que la historia que se narra en él sea la de una mujer, que se había propuesto olvidar un pasado difícil cambiando de ciudad y de nombre, decide luego ahondar y entender su propia historia para poder narrarse otro presente y otro futuro ¡Imperdible lectura! Y como siempre, agradecemos enormemente a la Agencia República Havas y en especial, a Tony Waissman por su incansable creatividad y solidaridad hacia A.L.M.A.
