La estimulación cognitiva es un conjunto de estrategias o técnicas de intervención terapéutica que se aplican en el tratamiento de personas con diagnóstico de alguna enfermedad neurodegenerativa y que tienen como objetivo principal enlentecer el avance del deterioro de las funciones cognitivas (atención, memoria, lenguaje, orientación témporo - espacial, gnosias, praxias, funciones ejecutivas).
De esta manera se busca sostener el nivel funcional del consultante, es decir, que pueda sostener de manera más o menos autónoma su participación y desenvolvimiento en tareas que le requiera su entorno, siempre buscando la mejor calidad de vida posible.
Es de suma importancia incluir y abordar los cambios en la conducta que puedan aparecer, así como atender la esfera socio- emocional de la persona.
Por este motivo se promueve el abordaje interdisciplinario desde la neurología, psiquiatría, psicología, musicoterapia, terapia ocupacional, kinesiología, etc. realizando un trabajo en conjunto con el lenguaje común que brinda el paradigma de las neurociencias, desde el cual se definen y diseñan las intervenciones de este tipo. También resulta fundamental el acompañamiento del entorno del consultante y su inclusión en el proceso terapéutico. Tanto cuidadores formales como informales (familiares), sobre todo éstos últimos, se benefician enormemente de participar de espacios psicoeducativos para poder comprender y anticipar el curso del deterioro de su familiar y desarrollar herramientas para poder acompañarlo; así como de espacios psicoterapéuticos para evitar el burn out o stress del cuidador.
Del cuidador depende el sostenimiento de los espacios terapéuticos así como los distintos aspectos de la gestión de la vida (alimentación, higiene, acceso a la atención e instrumentación de las indicaciones médicas, etc.) y mayor es la responsabilidad y cantidad de tareas a realizar a medida que avanza el deterioro.
Por este motivo se considera que no hay estrategia terapéutica que se pueda sostener y brindar ningún beneficio sin incluir a los cuidadores formales e informales como principal agente en la salud, bienestar y calidad de vida de la persona afectada.
El fundamento de la intervención de estimulación cognitiva desde las neurociencias reside en el concepto de plasticidad cerebral que se define como una capacidad intrínseca del cerebro de formar nuevas conexiones entre neuronas, nuevas redes neuronales o modificar las existentes de acuerdo a los requerimientos del entorno, es decir, de las experiencias vividas por la persona. Esta capacidad permite explicar los procesos de desarrollo y aprendizaje, adquisición de nuevas habilidades, procesos de compensación ante lesiones o deterioros, etc. Si bien la plasticidad cerebral merma con el paso del tiempo, la misma se mantiene a lo largo de toda la vida, incluso luego de haberse iniciado un proceso de deterioro cognitivo.
Bibliografía consultada:
Demey, I; Feldberg, C. (Comps.). (2015) Manual de rehabilitación cognitiva. Un enfoque interdisciplinario desde las neurociencias. Ed Paidós. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
